Dominio de Tares tiene previsto ampliar la familia que hoy forman Baltos, Cepas Viejas, Bembibre, P3, Godello Fermentado en Barrica y Sonrisa de Tares con nuevas elaboraciones en las que se atreve por primera vez con la mezcla de varietales. «Dominio de Tares siempre había sido una bodega que había elaborado monovarietales y ahora estamos trabajando con mezclas varietales, sobre todo con el alicante bouschet o garnacha tintorera», explica su enólogo, Rafael Somonte.
Y es que cree que ese es el camino para hacer frente al cambio climático, con el objetivo de llegar en los próximos años a una acidificación natural de los vinos por mezcla varietal y evitar otros procesos más invasivos de adición de acidez al vino. Somonte puntualiza que el incremento de las temperaturas hace que los vinos tengan mucha menos acidez, que constituye uno de los elementos principales en su elaboración. «Evitamos poner tartratos, aunque son naturales, adheridos al vino y logramos la acidez sólo por la mezcla de variedades con alicante», apostilla.
En esta línea, avanza que también están haciendo pequeñas pruebas de lo que él llama un «vino de pueblo», como el que llevan haciendo toda la vida los abuelos con la mezcla varietal típica del Bierzo que incluye mencía, garnacha, jerez, valenciana… «Se trata de coger fincas completas sin separar variedades y elaborarlo todo de una vez, con raspón», explica el enólogo, que resalta que el reto es «conseguir un producto de alta calidad siguiendo la idea que tenían los abuelos de hacer vino de forma ancestral».
En cuatro o seis meses
Rafael Somonte cree que detrás de los viejos viñedos del Bierzo «no hay azar» y que están plantados con esa distribución de cepas por algún motivo. «De hecho las proporciones de los diferentes varietales en las fincas se mantienen en los diferentes viticultores», apostilla. Para la elaboración de estos «vinos ancestrales», Dominio de Tares está utilizando las uvas de aquellas fincas que controlan bien en los parajes de Castro Ventosa en Villadecanes y Cabanelas en Valtuille.
«Estamos haciendo diferentes pruebas con estos dos parajes en los que tenemos mucho viñedo», insiste Somonte, que adelanta que ahora mismo están en barrica y que en el plazo de entre cuatro y seis meses estarán «listos para probar». Se trata, de momento, de microelaboraciones de hasta 500 botellas en el mejor de los casos y que primero se darán a probar a críticos y periodistas y a sus clientes y distribuidores. Aún no sabe qué nombre llevarán. «Ahora estamos trabajando en lo que va dentro de la botella, ya tocará ponerle nombre y apellidos y vestirlo», apunta Somonte, que augura que será «serio y potente».
Dominio de Tares en TopWineSpain
Nos encontramos a Rafael Somonte -junto al director comercial, José Manuel Fontán- en el expositor de Dominio de Tares en TopWineSpain. Es la única bodega berciana en la selección realizada por el crítico especializado de El País, Carlos Delgado, para este espacio de Enofusión 2019. A este encuentro, en el contexto gastronómico de Madrid Fusión, llevan dos godellos, tres mencías y un prieto picudo.
Los blancos son el Godello Fermentado en Barrica y la Sonrisa de Tares, que llega a Enofusión aún en rama. «No va a salir aún al mercado porque lleva un proceso de crianza sobre lías en depósito en el que todavía está, pero queríamos traerlo y presentarlo a nuestros clientes y amigos», explica el enólogo. Sobre la mesa está el Baltos 2016, con el que han conseguido el reconocimiento a mejor tinto crianza de España por la guía Vivir el Vino. A su lado, el Cepas Viejas como icono de las mencías del Bierzo y el Bembibre, su vino ‘top’ junto a P3. Se hace también un hueco el Cumal de prieto picudo porque «es una variedad que la gente no conoce tanto y siempre le gusta probar como novedad».
Por otro lado, Somonte reconoce que la industria del vino del Bierzo no es muy grande «pero si muy activa y prominente». Eso ha sido posible, cuenta, gracias al mercado abierto por algunas bodegas, como Dominio de Tares, y compañeros. «Es una variedad y una región que se conoce ya muy bien en España y cada día se conoce más en el mercado exterior», apunta el enólogo. Así, cree que los pasos dados en la zonificación también ayudará a dar a conocer mejor la comarca. Eso sí, «hay que darle a los vinos de finca, de paraje, de viña la calidad que se merecen».
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