El Rapolao, el paradigma del vino de paraje del Bierzo

El Rapolao, el paradigma del vino de paraje del Bierzo

Si hay un paraje que pueda ser paradigma de la nueva clasificación del viñedo de la Denominación de Origen (DO) Bierzo, ese es El Rapolao. Entre los pueblos de Valtuille de Abajo y Villadecanes, este paraje cuenta con unas 26 hectáreas repartidas entre más de 200 parcelas y más de una veintena de propietarios (sólo en la parte de Valtuille). Así, a los primeros ‘rapolaos’ de Raúl Pérez y Castro Ventosa se sumaron los de Michelini i Mufatto, Diego Magaña y César Márquez, y en los últimos años se han seguido uniendo nuevos elaboradores, también animados por el proyecto de zonificación y por la «magia» de este paraje.

Hoy en día, más de una decena de productores elaboran al menos 15 vinos diferentes del Rapolao. «Es una experiencia piloto que viene sobre todo de Borgoña», me contaba hace algún tiempo el enólogo Raúl Pérez, también sorprendido por las nuevas interpretaciones que se estaban haciendo del paraje. «He probado ‘rapolaos’ que no había probado nunca, que son muy abiertos y muy limpios, y hay otros que tienen ese punch que tiene siempre el Rapolao. Todo el mundo le da un enfoque», añadía.

Y es que, aún teniendo el Rapolao unas características muy específicas, se aprecian muy bien en esos vinos los diferentes parámetros de elaboración y las diferentes ubicaciones y orientaciones de las parcelas. En el caso de Raúl Pérez, hace cuatro vinos diferentes del Rapolao con la uva procedente de las más de 2,5 hectáreas de viñedo que tiene en el paraje, repartidas en varias parcelas. Así, nos encontramos los ‘rapolaos’ de La Vizcaína, de Ultreia y de Raúl Pérez, junto a una pequeña ánfora que hace con sus hijos y que todavía no ha salido al mercado.

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Plano del Rapolao en Valtuille de Abajo (Raúl Pérez Bodegas y Viñedos)

Cata horizontal con Ferrán Centelles

Unas diferencias que también pudo apreciar el sumiller Ferrán Centelles en la primera cata horizontal del Rapolao organizada por el Consejo Regulador de la DO Bierzo. Con el castillo de los Templarios y las montañas del Bierzo como telón de fondo, Centelles cató a ciegas diez ‘rapolaos’ de las añadas 2021, 2020, 2019 y 2018. «Estoy muy emocionado», confesaba antes de iniciar la cata. «Lo del Rapolao es único en España. Qué otro viñedo es compartido por más de 20 viticultores y diez productores, que además puedan utilizar la misma marca. Es una idea muy borgoñona, una zona de Francia con los vinos más exclusivos del mundo y que sólo en el Bierzo dentro de España hemos sido capaces de replicar», apostillaba.

«Se aprecian muchas diferencias aunque sea el mismo paraje. La mano del elaborador y la interpretación que cada uno hace del paraje resultan en vinos distintos. Desde vinos mucho más frescos y afilados, con este perfil vegetal y profundo, hasta vinos que son realmente muy opulentos y más redondos. Es la demostración de que la interpretación de la persona también tiene un papel principal en el vino», explicaba el que fuera sumiller de El Bulli.

En este sentido, también señalaba que forma parte de la «magia» del Rapolao las diferencias que hay dentro del propio paraje y que , «dependiendo de donde tengas tu parcela o tus viñedos, tiene una impronta diferente en el vino». «Una unidad geográfica de 26 hectáreas y media es suficientemente grande, y más en el Bierzo, con estas ondulaciones y diferentes exposiciones», precisaba.

Centelles rapolao

Centelles rapolao

La frescura, el común denominador del Rapolao

Por otro lado, Centelles resaltaba también que, a pesar de estas diferencias, hay común denominador en todos esos vinos y es que son mencías frescas. «No son mencías excesivamente alcohólicas o contundentes ni con dulcedumbre. El frescor es una característica de todo el Rapolao», apuntaba. Así, destacaba igualmente la calidad media de todos los ‘rapolaos’ y que «son todos vinos muy singulares, muy auténticos y con mucha calidad».

«Después cada persona tiene su estilo y sus preferencias. A mi me impresionaron más los que tiene como la fruta primaria muy marcada y son muy expansivos, con mucho sabor. Hay otros ‘rapolaos’ que son mucho más borgoñones, más finos y que también tienen su gracia». Así, señalaba que depende del perfil de vino que te guste pues te pueden atraer más los ‘rapolaos’, por ejemplo, de Vinos Valtuille o Peique, con un fruto más primario o los de Michelini i Mufatto o Rául Pérez que son un poquito más borgoñones y más aromáticos.

Centelles cató Dominio de Anza El Rapolao 2021, Ultreia El Rapolao 2021, Estévez Bodegas y Viñedos Rapolao 2021, César Márquez El Rapolao 2021, Pago de Valdoneje El Rapolao 2020, Castro Ventosa Valtuille Rapolao 2020, La Vizcaína El Rapolao Lomas de Valtuille 2020, Peique El Rapolao 2019, Michelini i Mufatto El Rapolao 2019 y Raúl Pérez El Rapolao 2018.

Los 15 vinos del Rapolao

Las diferentes interpretaciones del paraje

Raúl Pérez, Castro Ventosa, César Márquez, Michelini i Mufatto, Diego Magaña, Vinos Valtuille, José Antonio García, Estévez Bodegas y Viñedos, Peique, Alfonso Carrascosa, Luis Peique, Jorge Peique y Víctor Núñez son los elaboradores que actualmente comparten la marca del ‘Rapolao’ en sus vinos de este paraje.

César Márquez, por ejemplo, tiene su parcela ya lindando con Villadecanes, con orientación norte y por debajo de un pinar que le da mucha sombra. «Generalmente soy de los últimos en vendimiar y eso que siempre me gusta vendimiar bastante pronto», me explicaba Márquez. Esta ubicación, con un suelo arcilloso con mucho musgo y materia orgánica, junto con su forma de elaborar con un 30% de raspón y maceración durante 45 días, hacen de su ‘rapolao’ un vino ligero, muy fino y muy aromático.

En este perfil de vino está José Antonio García. Cuenta también con una de las parcelas más frescas dentro del paraje y que vinifica el 100% de la uva tinta y blanca del viñedo en barricas abiertas, añadiendo más o menos raspón en función de la añada. En el caso de Peique, su parcela también tiene unas condiciones bastantes frescas. Para elaborar su primer vino de paraje de Rapolao ha apostado, según me contaba su enólogo Carlos García, por una fermentación en barrica de 500 litros de roble francés con un 25% de racimo entero y una maceración bastante larga.

Por su parte, Diego Magaña tiene una parcela en el extremo norte del Rapolao, en el límite con el paraje de la Rata, con una zona un poco más cálida y otra más fresca. «Se vendimia en días diferentes», me contaba Magaña, que adapta cada año la elaboración a cómo interpreta la añada. «El 2021 se vendimia en fechas normales y el rendimiento es mayor. Es el primer año que he utilizado 100% raspón con la idea de estructurar un poquito, de que quedara menos fino. Hay que darle muchas vueltas a la cabeza e intentar siempre amortiguar la sensación de calidez que te puede dar en alguna añada», detallaba el enólogo navarro.

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