‘Cata time!’ sorbo a sorbo

‘Cata time!’ sorbo a sorbo

Se mueven unas mesas, se traen algunas sillas más, se sacan unas copas y… voilà! Un espacio de trabajo compartido se transforma en una sala de catas. La tienda de vinos Sorbo -que abrió sus puertas en agosto en la calle Ancha de Ponferrada- se estrenó este viernes en Nido Coworking con su primera ‘Cata time!’. Una selección de cuatro vinos –Capitán Xurelo, Mengoba, Sílice y Ultreia Saint Jaques-, todos elaborados con uva mencía.

«Son vinos de cuatro bodegueros que tienen la misma ideología y no van por lo tradicional. Son vinos que tienen al menos una parte de mencía y que proceden de Rías Baixas, Bierzo y Ribeira Sacra. Nos permiten comparar la mencía berciana y gallega», señaló nuestro guía en la cata, Javier García Farelo, al frente de Sorbo junto a su pareja Ane Elisabeth Bråthen.

Además, O Pulpeiro (Bembibre) preparó cuatro platos para maridar con cada uno de los vinos: Rodaballo con reducción de cítricos, escalivada con demi-glace, delicia de pulpo y fabada ‘evo’. Los maridajes entre vino y comida echan mano habitualmente de tres técnicas, según nos recordó Javier. La primera, que alguno de los sabores del vino sea el mismo que alguno de la comida. La segunda, que haya un contraste de sabores entre comida y vino. Y la tercera, la intensidad -imposible comer un botillo con un vino blanco joven-.

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La primera ‘Cata time!’, con la colaboración de Sorbo, O Pulpeiro y Nido. Foto: TQM
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Capitán Xurelo, Mengoba, Sílice y Ultreia Saint Jaques. Foto: TQM
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El espacio de trabajo compartido Nido Coworking, reconvertido en sala de catas. Foto: TQM

Capitán Xurelo

El primer vino en caer en la copa fue Capitán Xurelo. Elaborado por Xurxo Alba en Rías Baixas -donde sólo el 0,74% del vino que se produce es tinto-, con uvas de mencía (33%), caiño (33%) y espadeiro (34%) procedentes del Val do Salnés y con crianza de 12 meses en barricas de roble. «Es un vino que empezó a elaborar bajo pedido para un distribuidor gallego», nos contó Javier, con una edición limitada a 600 botellas de su última añada 2016.

Pensado para el ‘chateo’, es un vino fresco y ligero, de trago fácil con sólo 11º de alcohol. En la fase visual se aprecia una capa clara de color rubí, mientras que en nariz muestra notas de fruta roja, balsámicas y minerales. No es un vino convencional, muy diferente a las elaboraciones con mencía que se hacen en el Bierzo.

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Botellas de Capitán Xurelo, de Rías Baixas. Foto: TQM

Para Capitán Xurelo, la chef de O Pulpeiro nos propuso un rodaballo con reducción de cítricos para romper con los estereotipos. ¿Vino tinto con un plato de pescado?. ¿Y por qué no?. Un pescado graso como el rodaballo es un «magnífico soporte» para los vinos jóvenes, acompañado con hoja de lima kefir para dar un toque cítrico y miel para contrarrestar la acidez, adornado con huevas de trucha y salmón.

Mengoba

El siguiente vino en la cata fue el Mengoba de Gregory Pérez. Este enólogo francés apostó por el Bierzo, donde estaban sus raíces familiares, para poner en marcha su proyecto enológico. Se trata de un caldo elaborado con un 85% mencía -viñedos de Espanillo (Arganza)- y un 15% alicante bouchet o garnacha tintorera -viñedos de Horta y Villafranca-. Crianza de 12 meses en foudres de roble.

Es un vino más intenso y profundo que el anterior, de color rubí y con aromas a frutas rojas maduras, con toques tostados y especiados. La fruta es protagonista también en boca, donde se muestra fresco y sedoso.

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Botellas de Mengoba Mencía, de Gregory Pérez. Foto: TQM

Este mencía lo acompañamos de una escalivada de verduras con demi-glace. En este plato típico catalán -cocinado con pimiento, berenjena, cebolla y tomate asados con un fondo a base de la reducción de su propio jugo-, las verduras «adquieren un peso mayor que una verdura a la plancha y una sabrosura que pueden soportar vinos con un poco más de carácter».

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Escalivada de verduras, elaborada por O Pulpeiro (Bembibre), con Mengoba. Foto: TQM

Sílice

El tercer vino es un ejemplo de vino natural. «Salvaje», como lo llama Javier durante la cata. Es una de las elaboraciones del proyecto que tiene Fredi Torres -ya reconocido por su trabajo en Priorat- en la zona de Ribeira Sacra, junto con Carlos y Juan Rodríguez. Su filosofía, vinos que expresen el terruño, sin uso de pesticidas y mínima intervención.

Así, está elaborado con un 80% mencía y un 20% mezcla de variedades (merenzao, brancellao, garnacha tintorela, albarello, palomino y godello), con crianza de nueve meses en foudres. A la vista presenta cierta turbidez, normal en este tipo de elaboraciones, y necesita airearse. En nariz presenta unos aromas muy duros, notas vegetales poco atractivas, que hacen que resulte un vino muy sorprendente cuando el primer trago pasa por tu boca.  Es un vino sabroso y afrutado, fresco. Agradable y fácil de beber.

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Botellas de Sílice, un vino natural de mencía de Ribeira Sacra. Foto: TQM

La chef de O Pulpeiro nos ofrece una ‘delicia de pulpo’, cremosa como una croqueta, para maridar con Sílice. Son sabores más intensos para acompañar a la cata, que también va ‘in crescendo’. Untuosidad y un sabor más marcado en un producto del mar, elegido de nuevo para complementar un vino tinto.

Ultreia Saint Jaques

El último vino es el Ultreia Saint Jaques de Raúl Pérez. «Raúl Pérez no necesita presentaciones», comentó Javier. Este 100% mencía con crianza en tinos de roble es también un vino diferente, muy expresivo y fresco. Es el vino con la capa más intensa de todos los que hemos probado y en nariz se aprecia mucha fruta roja y mucha mineralidad.

Con una buena acidez, es un vino fluido y rico, que aguanta perfectamente su maridaje con platos más contundentes. Lo comprobamos con la fabada ‘evo’ de O Pulpeiro, una versión del plato típico asturiano a base de una crema de alubiar con un tartar de compango. «Este tipo de bocado necesita un acompañante potente que resista su peso», explicó la chef.

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Botellas de Ultreia Saint Jaques, de Raúl Pérez. Foto: TQM
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Este vino 100% mencía fue el último de la cata. Foto: TQM

 

Nosotros somos ‘Sorbo’

Javier García Farelo y Ane Elisabeth Bråthen son ‘Sorbo’. Un día decidieron cambiar de latitud, dejaron sus trabajos en Noruega, hicieron las maletas y continuaron con su vida en el Bierzo. «Este proyecto empezó hace dos años, queríamos salir de Noruega y volver a España. Yo había trabajado los últimos diez años de cocinero y Ane estaba en el monopolio del vino noruego, hacía la selección de vinos. Así que nos preguntamos qué podíamos hacer y a dónde nos podíamos ir. Pensamos que queríamos trabajar en algo relacionado con el vino, que en el Bierzo, de donde yo soy, hay una denominación de origen potente y que en Ponferrada no había una gran oferta de tiendas especializadas», cuenta Javier.

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Javier García Farelo y Ane Elisabeth Bråthen han trabajado durante dos años en la puesta en marcha de Sorbo. Foto: TQM

Y todo ese trabajo se materializó este mes de agosto con la apertura de su tienda de vinos en la calle Ancha, donde cuentan con una selección exclusiva de vinos españoles y una pequeña representación de otras regiones vinícolas (Francia, Italia, Argentina y Alemania, entre otras). «De Bierzo tenemos una selección de vinos que no te puedes encontrar en el supermercado», destaca Javier, que destaca su interés por bodegas bercianas y vinos que son más complicados de conseguir.

Así, en cuanto a vinos españoles, en Sorbo han reunido una serie de etiquetas que permiten hacer todo un recorrido por la geografía de nuestro país. «Desde las islas, tenemos un vino de Tenerife, a León, Navarra, Madrid. Galicia, País Vasco, Ribera De Duero, Rioja y Cataluña. Una representación del vino de toda España y con un montón de uvas obviamente», apostilla. Su objetivo, seguir ampliando esa selección cada día y hacerlo teniendo en cuenta los gustos de los ponferradinos.

De Noruega a España. De España a Noruega

Y de forma paralela a Sorbo, Javier y Ane llevan también una empresa de importación de vinos en Noruega llamada Parcela Wine. Su lema: «A wine importer on a mission to share our love for Spanish wine» («Un importador de vino con la misión de mostrar nuestro amor por el vino español»). Esta frase refleja su filosofía, interesados en descubrir la gran variedad de vinos que hay en España y enfocados especialmente en el origen y la calidad.

«Queremos presentarles la historia de una larga tradición de vinificación en España y las historias de una nueva generación de enólogos que están creando el futuro del vino español», escriben en su página web. Por la experiencia de estos años, Javier asegura que en Noruega «los vinos españoles tienen una buena aceptación» y que, aunque los vinos que mejor funcionan son los italianos, franceses y alemanes, «tienen su mercado y siguen una línea ascendente muy interesante». «Son muy reconocidos como vinos de calidad», añade.

Así, llama también la atención sobre el éxito de los espumosos que en este país nórdico se bebe todo el año y no tiene un consumo tan estacional como en España. «Se están potenciando mucho los vinos de nuevos bodegueros y los vinos naturales», recalca.

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