Un atardecer con el Valle del Recunco
Esas cepas llevan ahí más de un siglo. Nadie en la familia recuerda haberlas plantado. Siempre estuvieron allí. Desde lo alto de la viña de 'La Dehesa', entre vides de mencía centenaria vistiéndose de otoño, veo Villalibre y la procesión de chopos que acompañan el paso del río Sil. Y las montañas. Hasta las últimas luces del día. Atardece en el lugar donde nace el vino que sostengo en mi mano, el Valle del Recunco. Es la parcela favorita de José David Arias Vidal, con la que hace su único vino, del que ya ha sacado dos añadas. Tal vez no sea la mejor, pero es a la que más cariño tiene. "Nunca falla. Es la que siempre salva la cosecha", me cuenta mientras paseamos por los viñedos familiares, desde la ladera sur de 'El Torullón' en Toral de Merayo […]